Apura el final de la gira española de su último disco mientras trata de cumplir con la máxima que le da nombre: 'Acuérdate de vivir'. "A pesar de la gira, uno vive, trata de vivir", afirma. Y confiesa que está con la "efervescencia que da esa parte agridulce de la despedida. Porque pasará algún tiempo hasta que volvamos, pero será con otro proyecto, con otras canciones".
Ismael Serrano (Madrid, 1974) lleva más de un año paseando su música de ciudad en ciudad y se marchará después a Sudamérica. Eso, en tiempos complicados para el sector. "Es que yo no dependo de las contrataciones, nunca he sido un artista de fiestas patronales. He tratado de buscar los foros adecuados por iniciativa propia. Ésta es una crisis muy jodida, pero, por otro lado, supone también un cambio. Hay que ver quién vende entradas y quién no. Va a ser una criba muy dura, pero quizás suponga un cambio en la mentalidad. Quizás sea la oportunidad para que surja por primera vez un empresariado musical, una iniciativa privada que hasta ahora no hay".
El madrileño dota a sus conciertos de una parte narrativa que gana cada día terreno a la musical. "Me divierte mucho, me gusta buscar una trama argumental. Es un reto para mí mismo porque además de interpretación teatral, hay que saber sintetizar para que el concierto tenga un ritmo natural, y yo no sé. Es una lucha conmigo mismo". ¿De dónde le viene la inspiración de esos relatos? "Crecí leyendo la poesía de Pablo Neruda, César Vallejo, Jaime Sabines, Benedetti, la literatura de Cortázar, Vargas Llosa, García Márquez, Bolaños, Joseph Conrad, Machado, Jack London... 'El vagabundo de las estrellas' quizás sea mi libro favorito".
Esas ganas de interpretar le llevaron el año pasado a un rodaje cinematográfico -'Luna en Leo', de Juan Pablo Martínez-. No es la primera vez que lo hace. ¿Existe un Ismael Serrano actor? "Me encanta, me convierte en un niño. Cada día de rodaje me levanto impaciente por ver qué me encuentro. Tiene que ver además con el ambiente en que se han rodado: son producciones independientes en las que la gente se implica por vocación y te lo contagia", confiesa.
El paso del tiempo
¿Le dejan esas aventuras tiempo para componer nuevas canciones? "Sí, sí, ya tengo bastantes para un nuevo álbum. Puesto que sigo vivo, sigo sintiendo y eso es un motor constante para componer".
¿Y cómo ve Ismael Serrano envejecer su música? ¿Cree que resisten sus viejos temas el paso del tiempo? "Algunas es verdad que están sujetas al momento en que fueron compuestas, pero también sirven como testimono de lo que un día fuimos y las canto ahora desde otra perspectiva. Por ejemplo, 'Papá cuéntame otra vez'. Reprocharle a mis padres el fracaso del mundo en el que vivo es de caraduras cuando tengo 37 años y se supone que es a mí a quien le corresponde dirigir las riendas. Deberíamos tener una historia que contar a nuestros hijos y no la tenemos. Pero sigo teniendo los mismos principios que me llevaron a componer esa canción, los mismos sueños y la misma necesidad de hacer reproches para que también nos los puedan hacer a nosotros. No creo que crecer conlleve una renuncia".
Lo cierto es que Ismael Serrano siempre se ha significado sobre la actualidad. Y lo sigue haciendo. Por ejemplo, con la intervención en Libia: "No puedo compartir una opción militar cuya urgencia me parece sospechosa. Gaddafi ya era un tirano antes de que ocurriese todo esto y sin embargo la comunidad internacional lo veía como un aliado. Las acciones militares son el fracaso de la política".
O la sucesión de Zapatero: "Yo es que nunca he hecho campaña por él,no soy votante del PSOE. Pertenezco a una parte de la izquierda que es bastante más exigente. Me da igual, la verdad, no me quita el sueño".
Incluso sobre la ley antidescargas: "No es tan sencillo como lo plantea la Ley Sinde. Cerrar una web donde se están poniendo enlaces para que te 'bajes' películas porque sí no me parece un atentado a la libertad de expresión, pero eso no quiere decir que no haya que estar alerta en lo que respecta a las leyes que regularicen internet. Creo que el deber del legislador es encontrar el derecho a que la gente pueda acceder a la cultura y a que el creador pueda ver remunerado su esfuerzo. Pero el problema es más cultural, porque vivimos en un país en el que al artista se le ve como un vago. Que haya una lucha para que se respeten las libertades en Internet, me parece legímito y participo de ella como internauta, pero no me parece legítima la lucha de que te quieras bajar 'Avatar' gratis porque te dé la gana".
Con tanto ajetreo ¿está teniendo tiempo para 'acordarse de vivir', como pide a su público? "A veces a uno se le olvida tener la calma suficiente para reparar en los detalles, pero la música es también mi vida. Como toda pasión, conlleva una renuncia, pero la verdad es que me da más satisfacciones que cualquier otra cosa. Si vivo es precisamente porque
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