Su vida parece condenada a ser siempre a un mismo tiempo pública y secreta. El relato de su vida fue un proceso de trabajosa reconstrucción para sus biógrafos, que contaban con lo que Kafka escribió de ficción (tres novelas, una nouvelle y algunos cuentos y parábolas), pero que sobre todo tuvieron que interpretar las cartas y los diarios que el checo compuso, donde se presenta a sí mismo como un joven retraído e hiper sensible. Todo lo que se publicó de él tiene un valor central en la literatura moderna, pero “El proceso” y “La metamorfosis” son sus textos mas leídos en todos los idiomas. Sus “Diarios”, que tienen dos ediciones castellanas –una, hoy inhallable, con traducción de J. R. Wilcock–, son el testimonio de la lucha interna de un escritor en un contexto hostil. Como pocos escritores en la historia de las letras, su apellido se ha cristalizado como adjetivo, y lo “kafkiano” ya se usa para describir todo aquello que queda trabado bajo los engranajes de lo burocrático.
Y el corazón y el cálculo y la brújula, fracasando los tres. No hay quien te acierte. No verte.Gerardo Diego
Poeta Julio Medina Gimenes
domingo, 24 de abril de 2011
LITERATURA- La construcción de la memoria Parte de los papeles de Franz Kafka fueron sometidos a un interminable proceso judicial, como si se tratara de la propiedad de un cuerpo y su memoria. Y no sólo de eso: de La reconstrucción política de su figura, según los papeles queden en unas manos u otras.
Revista Ñ
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