Poeta Julio Medina Gimenes

Poeta Julio Medina Gimenes
s no es para quedarnos en casa que hacemos una casa no es para quedarnos en el amor que amamos y no morimos para morir tenemos sed y paciencias de animal.Juan Gelman

lunes, 31 de enero de 2011

Soy Pan, Soy Paz, Soy Más Mercedes Sosa Composição: Piero José

Yo so-o-oy, yo so-o-oy, yo so-o-oy
soy agua, playa, cielo, casa, planta,
soy mar, Atlántico, viento y América,
soy un montón de cosas santas
mezcladas con cosas humanas
como te explico . . . cosas mundanas.
Fui niño, cuna , teta, techo, manta,
más miedo, cuco, grito, llanto, raza,
después mezclaron las palabras
o se escapaban las miradas
algo pasó . . . no entendí nada.
Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sóla llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas.
Soy, pan, soy paz, sos más, soy el que está por acá
no quiero más de lo que me puedas dar, uuuuuuh
hoy se te da, hoy se te quita,
igual que con la margarita . . . igual al mar,
igual la vida, la vida, la vida, la vida . . .
Vamos, decime, contame
todo lo que a vos te está pasando ahora,
porque sino cuando está el alma sóla llora
hay que sacarlo todo afuera, como la primavera
nadie quiere que adentro algo se muera
hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas. (BIS)
cosas nuevas, nuevas, nuevas . . . nuevas

Costumbres



no es para quedarnos en casa que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal
Juan Gelman

Alza tus brazos...

Alza tus brazos, 
ellos encierran a la noche, 
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.

Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.

Juan Gelman

Mañana.-j.a.r



En la mañana se proyecta el sueño/el árbol crece/he insondables se vuelven los deseos/velozmente la gente hace sentir su vos/sus preguntas/su moda/se advierte en trenes y asares/en cada casa/en cada pueblo/se sueña/y se ilustra/la realidad que es algo así como sentir la vida/en las mañanas la curiosidad/y las ganas de amar te esperan/como si volvieras a nacer/como si darse fuera una quimera/que sienta la tradición milenaria/he indague al que espera/en los silencios los tiempos.

domingo, 30 de enero de 2011

Soñar: luz que se disuelve. Sortilegio.Marlene Pasini

Tus sueños son estrellas/y saben a caricias /tu soñar tiene sabor a besos/y a espadas/que descansan en los días de abril/como un adiós sombrío/como un tallo de plata/los hombres que recorren las galerías de tu soñar/son lobos de sol/que erizan la pluma/aveces eres un barco de riberas distantes/y otras tienes un un pulso del des-amor en tu vivir/eres tan bella/y sonríes distante/con un suave gesto/y un tímido despertar/eres flor de minutos/siempre naces desnuda /en las madrugadas /y tan llena de riesgos al despertar.

sábado, 29 de enero de 2011

Perfume.-j.a.r

Acariciar el perfume/y el a ver morido después/como savia en las manos/con los placeres/y la efímera dicha en el aire/como un soplo/que invade el horizonte/tan desnudo/mientras crucen los indecisos/con la altiva bruma/los hombres se ofrecen desnudos/desde los infiernos/cursan los poetas sus versos/y la bruma del plata nos invade/y lo infinito se siente en el pecho.

Gioconda Belli

Sólo el amor resistirá alimentando silencioso la lampara encendida, el canto anudado a la garganta, la poesía en la caricia del cuerpo abandonado.

EL PROFETA -Kalil Gibran



LA MUERTE
Almitra, entonces, habló, diciendo: Os preguntaríamos ahora sobre la Muerte.
Y él respondió:
Desearíais saber el secreto de la muerte.
¿Pero cómo lo encontraréis a menos de buscarlo en
el corazón de la vida?
El mochuelo, cuyos ojos atados a la noche son ciegos
en el día, no puede descubrir el misterio de la luz.
Si, en verdad, queréis contemplar el espíritu de la
muerte, abrid de par en par vuestro corazón en el cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son una, así
como el río y el mar son uno también.
En el arcano de vuestras esperanzas , y deseos reposa vuestro conocimiento silencioso del más allá:
Y, como las semillas soñando bajo la nieve, vuestro
corazón sueña con la primavera.
Confiad en los sueños, porque en ellos el camino a la
eternidad está escondido.67
Vuestro miedo a la muerte no es más que el temblor
del pastor cuando está en pie ante el rey, cuya mano va
a posarse sobre él como un honor.
¿No está, acaso, contento el pastor, bajo su miedo de
llevar la marca del rey?
¿No lo hace eso, sin embargo, más consciente de su
temblor?
Porque ¿qué es morir sino erguirse desnudo?
Y ¿qué es dejar de respirar, sino el liberar el aliento
de sus inquietos vaivenes para que pueda elevarse y
expandirse y, ya sin trabas, buscar a Dios?
Sólo cuando bebáis el río del silencio cantaréis de
verdad. Y, cuando hayáis alcanzado la cima de la monta-
ña es cuando comenzaréis a ascender.
Y, cuando la tierra reclame vuestros miembros, es
cuando bailaréis de verdad.

EL PROFETA -Kalil Gibran



EL DAR
Entonces, un hombre rico dijo: Háblanos del dar.
Y él contestó:
Dais muy poca cosa cuando dais de lo que poseéis.
Cuando dais algo de vosotros mismos es cuando
realmente dais.
¿Qué son vuestras posesiones sino cosas que atesoráis por miedo a necesitarlas mañana?
Y mañana, ¿qué traerá el mañana al perro que, demasiado previsor, entierra huesos en la arena sin huellas mientras sigue a los peregrinos hacia la ciudad santa? ¿Y qué es el miedo a la necesidad sino la necesidad
misma?
¿No es, en realidad, el miedo a la sed, cuando el
manantial está lleno, la sed inextinguible?
Hay quienes dan poco de lo mucho que tienen y lo
dan buscando el reconocimiento y su deseo oculto malogra sus regalos.
Y hay quienes tienen poco y lo dan todo.
Son éstos los creyentes en la vida y en la magnificencia de la vida y su cofre nunca está vacío

EL PROFETA


(SOBRE EL AMOR) 


Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz
dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde
reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no
todas vuestras lágrimas.

El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.

Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros
corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su
plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.

"Here Comes the Sun"-George Harrison


Ahí viene el sol
Ahí viene el sol
Ahí viene el sol
Y yo digo:  está todo bien

Cariño mío, este ha sido un largo, frío y solitario invierno
Cariño mío, se siente como si estuviera aquí durante muchos años

Ahí viene el sol
Ahí viene el sol
Y yo digo:  está todo bien

Cariño mío, la sonrisa retorna a sus caras
Cariño mío, parece como si estuviera aquí durante muchos años

Ahí viene el sol
Ahí viene el sol
Y yo digo:  está todo bien

Sol, sol, sol aquí, viene
Sol, sol, sol aquí, viene
Sol, sol, sol aquí, viene
Sol, sol, sol aquí, viene
Sol, sol, sol aquí, viene

Cariño mío, siento que el hielo se esta derritiendo lentamente
Cariño mío, siento como si fueran años que veo el sol brillar

Ahí viene el sol
Ahí viene el sol
Y yo digo:  está todo bien

Ahí viene el sol
Ahí viene el sol
Está todo bien, está todo bien

viernes, 28 de enero de 2011

Cómo escribir una novela “Iluminación”, un filme del polaco Krzysztof Zanussi, dispara esta reflexión sobre Las diversas historias que se pueden contar a partir del mismo asunto: la distancia entre el éxito y “la pasión por contemplar la forma del Mundo bajo la figura de lo que es y no de la captura de una oportunidad, ganada o perdida.”

Curiosidad por una vieja película de Krzysztof Zanussi, Iluminación . Seguramente por efecto del título. Un joven alumno de ciencias abandona la carrera y por hambre se convierte en objeto módico de investigación científica promedio: la medicina lo somete a electroencefalogramas, investigación del sueño.
Adelantándome al desarrollo de los hechos, imagino que los sueños del protagonista serán insignificantes, se perderá en la creciente injuria de las obligaciones de la vida (“No seré Einstein”). La iluminación, entonces, debería ser la comprensión de la pérdida de las ilusiones iniciales, aunque el acápite, a cargo de un viejo científico polaco que habla a cámara, le explica a los espectadores el sentido que San Agustín le da a la palabra: menos como un estado de éxtasis místico que como una intensificación de la inteligencia que permite discriminar los grados de la divinidad y colocarse en una situación de pureza.
Sigo viendo. La película avanza bajo la figura de “estaciones”. No hay tramas ni desarrollos. Debate con un médico amigo: si no hay separación entre cuerpo y alma, y el cuerpo es el soporte material del alma, ¿por qué intervenir brutalmente en ese soporte y someter a los esquizofrénicos a un electroshock? Antes, un experimento de especies: se inyecta líquido cefalorraquídeo de un esquizofrénico en una araña. La araña teje telas deformes.
Por una pequeña astucia de Zanussi, creo que es el protagonista quien ingresa en la progresión: ya no sólo registran gráficamente las variaciones de su sueño; ahora la medicina interviene quirúrgicamente en su cerebro. Luego, advierto que no se trata de él; no todos los polacos son iguales, ni siquiera parecidos. El protagonista es el testigo y: no es la luz del escalpelo la que penetra en su cerebro.
Esa pequeña sorpresa lleva a preguntarse por qué el director abre ese hiato, qué significa para él esa separación. O mejor: ¿por qué plantea esa diferencia? Una película que lleva un título como ese, plantea desde el inicio un problema de competencias. Si el director fuese, digamos, borgiano, se propondría desde el inicio defraudar delicadamente las certezas de su espectador, situarlo en la comprensión de que la suya es una obra que merece ser atendida no por lo que permite confirmar sino por lo que impulsa a averiguar. (Una segunda visión incorpora al recuerdo inicial la conciencia del respeto o el fastidio que las sorpresas y los desvíos inesperados produjeron en la primera).
Si el objeto a considerar es el tránsito a la iluminación –si lo hubiera desde el principio no habría relato sino estasis–, el único propósito que puede plantearse Zanussi es el de la decepción a la que se arribará en el punto de llegada. No habrá iluminación posible, me digo. Y no la hay, salvo en lo iluminadora que resulta esa decepción.
Zanussi es un director respetable. Su filme tiene las marcas de la época en que fue hecho, 1972. El protagonista, cuyo nombre desconozco y a quien no vi en otra película, tiene el aire de esos buenos mozos intensos y atormentados, con anteojos de intelectual: una cruza de Trintignant y James Dean, que hacen drama de su inexpresión, por lo que –ahora deduzco– es lógico que su pasión ascética por el triunfo como físico derive en algún momento a la pasión por contemplar la forma del mundo bajo la figura de lo que es y no de la captura de una oportunidad, ganada o perdida.
Es lo que le ocurre al personaje, finalmente. Accede a la única iluminación posible. Ramas flotando en un río marrón, su hijo jugando con la arena, su mujer tejiendo, y él, aterido, vestido con una malla de lana gruesa, ríe como un idiota, achinando los ojos mientras mira fijo al sol sucio.
¿Cuál sería la historia que contaría yo si con ese mismo asunto escribiera una novela? El relato derivado sería, entonces, el de un sujeto que espera una ascesis mística de orden personal, su autoelevación por la vía de una idea genial que le permitirá ser mundialmente reconocido (“Seré Einstein”), arriba de pronto a una iluminación negativa: descubre que toda su vida será una sucesión de estados de grisura, el aura mediocritas . Eso le parece liberador. El sueño de la diferencia que viviera antaño le permite descubrir la maravilla de lo ordinario.
Lo real es una calesita de sorpresas comunes: descubre el amor, el sexo, el mundo del trabajo (antes, era estudiante o ladrón: la excepcionalidad le había permitido ciertas licencias de conducta). Se casa. Un día, de vacaciones con su mujer en Mar del Plata, jugando a la ruleta (no gana ni pierde grandes sumas) tiene una “iluminación positiva”, una idea genial, de orden matemático. Esa será su perdición, porque a partir de entonces tratará de probar lo que nadie está dispuesto a admitir. Ni sus colegas, ni el propio autor, que se limita a exaltar el descubrimiento sin brindar las pruebas de su valor. Para el mundo, su descubrimiento será una imbecilidad.
El sostendrá hasta el fin que el presente no tiene parámetros para juzgar el resultado al que arribó. Pasa los años en esa insistencia, hasta que la olvida. Desde luego, Dios no aparece en su rescate, ni siquiera en el momento último. Su destino ha sido descubrir que no hay esplendor sino opacidad, incesantemente.

“Tranquilícese, todo está mal” La celebración del gozo de vivir es una consecuencia de lo irremediable y constatable de nuestra muerte, sostiene el filósofo francés, un “trágico total”. Aquí, sus reflexiones a propósito de la edición en español de dos de sus libros.

Tengo derecho considerarme como el primer filósofo trágico, es decir, el enemigo mortal y el antípoda de un filósofo pesimista”, lo dice Nietzsche en Ecce Homo , y Clément Rosset lo cita al comienzo de La filosofía trágica , su primer libro, de 1960, recientemente editado en español. Esa relación expulsante entre tragedia y pesimismo es, efectivamente, la clave del pensamiento rossetiano. La conciencia de la tragedia de morir no lleva al pesimismo, sino, por el contrario, a la celebración del gozo de vivir: al hedonismo. Para el filósofo Clément Rosset es evidente: el conocimiento de lo trágico nos conduce a la alegría. Si hubiese que concentrar su filosofía en una línea, esa sería la forma más certera y adecuada de plantearla. La celebración del gozo de vivir es una consecuencia de lo irremediable y constatable de nuestra muerte. Su biografía también es sintomática: dice ser “francés de casualidad”, sus cuatro hermanos nacieron en Madrid, y a poco de comenzada la Guerra Civil toda la familia emigró a Francia. De allí su perfecto manejo del español, su interés en la cultura hispana y todo lo referente al buen vivir mediterráneo, y su amistad con Fernando Savater.
Egresado de la Ecole Normale Supérieure, Rosset desarrolla una filosofía de la afirmación de lo real, del juego, el gozo, el placer. Pero como todo hedonismo implica una aceptación inexcusable –la radicalidad de la muerte, su carácter irrevocable y certero– es entonces que Rosset plantea lo que el denomina la “paradoja del goce”. En La filosofía trágica es donde Rosset deja bien en claro que lo real requiere de la crueldad de la muerte, de la desaparición. El fuerte influjo de Schopenhauer en su pensamiento lo hace en cierto sentido un compañero de ruta de intelectuales del absurdo como Camus o Cioran, pero también de filósofos como Jean Paul Sartre. Su pesimismo materialista es, sin embargo, “afirmativo”.
La tesis esencial de su pensamiento reposa en esta idea: la dificultad de aceptar lo real como lo que es –finitud– tiende a generar otra instancia –intangible, sea la Idea, Dios– como fundamento de la moral. Esto se basa en la incapacidad de aceptación de la condición trágica del vivir. Será esta incapacidad –presente en Platón, como señalaba Nietzsche– lo que marca una historia de la filosofía “idealista”, en donde el cuerpo tiene un lugar secundario, precisamente, por su cambio, corruptibilidad, devenir y finitud.
Es interesante ver el impacto de Schopenhauer en un filósofo perteneciente a la generación de Derrida, Deleuze o Foucault. Si bien la preeminancia de Nietzsche en todos los filósofos franceses de la posguerra es muy marcada, no es así el influjo directo de Schopenhauer. En esto también la lectura de Nietzsche por parte de Rosset es original. Pareciera ser un schopenhaueriano no tan nietzscheano. Lo cual es llamativo. El resto del corpus que el filósofo toma para la constitución de su pensamiento resulta instalarse dentro del lineamiento lógico del materialismo clásico: Epicuro, Lucrecio, Montaigne, Spinoza y Hume. Es evidente el choque contra el canon metafísico que va de Platón a Heidegger, algo que leen atentamente Gilles Deleuze y Félix Guattari en El Antiedipo : “Clément Rosset dice acertadamente que cada vez que insistimos sobre una carencia de la que carecería el deseo para definir su objeto, el mundo se ve doblado por otro mundo”. Entonces, la idea de mundo doble de Deleuze es la forma más evidente de la crítica por parte de la filosofía afirmativa de lo real de Rosset. Como sabemos, para Deleuze el deseo produce lo real, por lo tanto es la antítesis de la idea platónica y cristiana que concibe el deseo como carencia, como falta. Según Platón –el mito del andrógino–, somos seres incompletos que buscamos la parte que nos falta; aquí estaría el comienzo de la neurosis y de un mundo binario –perfecto– frente a un mundo imperfecto, el que habitamos. Para Rosset, como para Deleuze –y los pensadores de su tradición– el deseo no es carencia sino afirmación y producción. Uno tiene lo que desea, es el deseo el que lo genera. En este aspecto, la filosofía de Rosset es claramente antipsicoanalítica –que también concibe el deseo como falta– tal como señalan Deleuze y Guattari al enfocar al inconsciente como mero teatro de representaciones, productor de fantasmas a través del sueño, el mito, etcétera. En Rosset aparecería una inversión de esa lógica puramente representativa para pasar a la acción, y es aquí que se entiende por qué puede ser trágica y, por qué no decirlo, optimista. Este rasgo de diversión y humor está muy presente en Rosset, algo de ello vemos en sus Reflexiones sobre el cine , donde en una entrevista con Roland Jaccard, el filósofo puede pasar de citar a sus cineastas favoritos –Buñuel, Flaherty, Hitchcock, Godard–, a desarrollar el muy lúcido concepto de “realismo integral”, a la vez que destacar el nuevo tono de una serie como Sex and the City que confiesa ver, pero sobre todo a señalar la necesidad de un tono creativo en la escritura filosófica, ajena a ciertas pautas académicas: “Sin duda es cierto que he tenido cierta aversión por la filosofía aburrida (quiero decir: de una escritura aburrida), y un gusto de la filosofía que consigue ser profunda sin dejar de ser grata de leer y, por lo tanto, una fuente de placer al mismo tiempo intelectual y estético”.
En algún sentido, la obra de Rosset unifica una extraña originalidad a la vez que la pertenencia a un corpus evidente. Es, claramente, un pensamiento trágico total –no hay posibilidad de cambio ni perfeccionamiento alguno de lo real– que no apela a ninguna ilusión vana, pero que tampoco llora ni se angustia. Por esa imperturbabilidad nos recuerda, inexorablemente, a Epicuro y los estoicos. En diálogo con Ñ , marcó las características de su pensamiento, sus diferencias con Foucault y Deleuze, y su nulo interés por Michel Onfray, de quién dice “no tiene un pensamiento propio”.
¿Qué son la paradoja del goce y la paradoja de la moral como atributos a tener en cuenta para una filosofía trágica? La paradoja del goce se define en dos palabras: consiste en ser feliz mientras que todas las razones que uno tiene de regocijarse son inexistentes, y más que abundantes las razones que uno tiene de hundirse en la desesperanza. En cuanto a la paradoja de la moral, ella consiste en mi opinión en disfrazar en una supuesta búsqueda del bien una incapacidad de aceptar la realidad. Ya he dado larga cuenta de ello, en particular en las primeras páginas de La fuerza mayor .
¿Cómo se puede pensar la felicidad y la alegría en el marco de una filosofía trágica? Considerando lo peor como lo mejor. Leibniz diría: lo mejor posible. Yo diría, por mi parte –aunque es un poco lo mismo–: lo mejor a pesar de todo, y aún. Mi lema de sabiduría en la vida podría ser: “Tranquilícese, todo está mal”.
¿Considera que en el presente asistimos a una actualización de lo trágico o más bien lo contrario? Yo diría que las catástrofes y amenazas naturales ya están aquí, pero que el sentimiento trágico aún no llega. Es más bien la moral, “los buenos sentimientos”, los que predominan, y hoy más que nunca.
Pensadores como Schopenhauer y Nietzsche son fundantes de una filosofía trágica. ¿Cree que el pensamiento nietzscheano hoy tiene más vitalidad que el de Schopenhauer? No hay pensamiento trágico en Schopenhauer, y es precisamente lo que le reprocha Nietzsche. Ahora bien, yo veo que la influencia de Schopenhauer es mayor, y me alegro que se haya vuelto nuevamente importante en nuestros días.
¿Cuáles son los atributos del héroe trágico? ¿Podemos pensar algo similar en el presente? El sentimiento trágico de la vida nunca fue reservado exclusivamente a los “héroes”. Es, o debería ser, el sentimiento de todo el mundo.
¿Considera que la moral aristocrática de Nietzsche y la idea del Superhombre reúne las características del individuo trágico? No creo que la moral de Nietzsche pueda ser considerada como “aristocrática” y considero que su recurso, en el Zarathustra, a la noción de superhombre no es muy afortunada.
Pensadores como Epicuro que toman al placer como tema central de su filosofía tienen muy presente la condición finita y material de la existencia para pensar las posibilidades y jerarquías del placer. ¿Cuál es la relación entre placer y tragedia? Hedonismo filosófico y condición trágica van de la mano, vea Lucrecio.
¿Es posible pensar que los grandes filósofos trágicos, como Epicuro, Montaigne, Schopenhauer o Nietzsche son también aquellos que conciben la filosofía como un arte de vivir y no como un mero saber técnico escolástico? En ese caso ¿cree que la concepción de la filosofía como modo de vida es inevitablemente trágica? Sí. Para los pensadores que cita, la búsqueda de la sabiduría, de la lucidez son más importantes que la búsqueda de la verdad. Y, si la lucidez puede ser serena, conduce también, según pienso, a una visión filosófica necesariamente trágica. Vea, por ejemplo, a Spinoza.
¿Le parece que podemos entender a filósofos como Foucault y Deleuze como filósofos trágicos o no? De ningún modo.
¿Le interesa el pensamiento de Michel Onfray? ¿Se siente cercano a su desarrollo del hedonismo? De ningún modo. Por lo demás, ¿se puede hablar de un “pensamiento” de Michel Onfray? No lo creo.
A diferencia de otras épocas de la humanidad en las que la muerte implicaba cierta ritualidad y sociabilidad, hoy no se muestra. ¿Le parece que la muerte es hoy un tabú? En ese caso, ¿cuáles serían las razones de ello? El ocultamiento de la muerte es una característica de las civilizaciones mediocres. Predomina en los Estados Unidos, lo que tal vez explica su actualidad en los países en los que su influencia es importante.

Tomos a tono con todo En las bibliotecas lujosas, las palabras son opcionales, ya que el libro impreso recibió un aplazamiento de su sentencia de ejecución de una fuente impensable: la comunidad del diseño.

A Jeffrey Collé, constructor de grandes propiedades que remedan los diseños de fines de siglo, no se le ocurriría omitir una biblioteca en sus creaciones. Una casa de 1.562 metros cuadrados en un terreno de 17 hectáreas en Water Mill, Nueva York, tiene un precio de casi 30 millones de dólares y una biblioteca que Collé construyó en roble de corte a medida. Tiene espacio para más de 1.000 libros.

Collé colaboró con Bennett Weinstock, un decorador de Filadelfia famoso por sus interiores ingleses, en algunas de sus bibliotecas. Weinstock aun hoy va a hacer compras a Londres para buscar la apariencia de la encuadernación en cuero correcta, dijo.

"Hay personas que insisten en que sean en inglés porque quieren que parezca que pueden leerlos", dijo Weinstock. "A otros no les importa en qué idioma estén los libros siempre y cuando las encuadernaciones sean bellas".

Hasta un constructor moderno como Steve Hermann de Los Ángeles, que realiza casas por muchos millones de dólares para compradores como Christina Aguilera, incluye hectáreas de estantes en sus casas, Hermann diseñó una casa estilo Richard Neutra revestida en vidrio con un sistema de bibliotecas de 18 x 4 metros, que tiene espacio para 4.000 libros, dijo. "¿Pero quién tiene 4.000 libros?" preguntó. Ordenó 2.000 libros forrados en blanco a Thatcher Wine, que crea colecciones personalizadas de libros en su depósito de Boulder, Colorado.

Wine cobra de 80 a 350 dólares por 30 centímetros. El muy apreciado pergamino es más costoso, unos 750 dólares los 30 centímetros; una biblioteca que hizo para un gerente de capitales privados costó alrededor de 80.000 dólares, dijo. "Podría haber colgado obras de arte", dijo Hermann. "Pero me gusta la sensación que da la textura de las bibliotecas".

Federico Uribe, un artista conceptual colombiano que trabaja en Miami, ordenó miles de libros en los colores primarios para hacer esculturas de palmeras y boas constrictoras. ("La mayoría de la gente destruye árboles para hacer libros", dijo Uribe. "Yo destruyo libros para hacer árboles. Me gusta que los libros cuenten una historia en otro idioma").

Algunos diseñadores hacen retoques en los libros que sus clientes ya tienen. Peter Pennoyer, un arquitecto de Nueva York, está diseñando cajas de madera que parecen libros prolijamente encuadernados para guardar una colección desordenada de clásicos de un cliente.

Alexa Hampton, decoradora neoyorquina dijo "La gente para la cual trabajo no quiere los libros como un fondo o una escenografía, cosa que ocurría hace 20 años. Ahora, quieren libros que realmente puedan leer".

Hampton y uno de sus clientes pasaron hace poco una mañana entera en la librería Strand de Nueva York, un enorme emporio de libros usados y raros. "Con la gente leyendo menos, podría pensarse que dirían `Simplemente llénela de libros y que luzca bien’, dijo Hampton. "Al contrario, están más comprometidos".

Jenny McKibben, que dirige la sección de libros por metro en Strand, toma sobre todo órdenes telefónicas y por Internet.

Los diseñadores del Rockwell Group consultaron por "temas relacionados con Sin City", dijo, para los más de 1.000 libros que debían distribuir en el casino de 10.200 metros cuadrados y 2.995 habitaciones del Cosmopolitan de Las Vegas, el nuevo centro turístico con casino del lugar.

En Wonder Book, con sede en Maryland, Chuck Roberts, su afable propietario, dijo que recibe pedidos de desarrolladores, diseñadores de sets cinematográficos, decoradores y hasta planificadores de bodas.

"Tuvimos un año excelente ­ batimos todos los récords", dijo Roberts. Un informativo de TV quería libros forrados en lino cortados por la mitad para la falsa biblioteca de un programa de entrevistas con políticos. Y un restaurante de Chicago llamó recientemente preguntando si no podían enviarle libros encuadernados en tela gastada.

"Objetivar objetos es una tendencia que vale la pena observar" para el año que comienza, dijo Ann Mack de JWT New York, la agencia de marketing y publicidad.

Mack agregó que estaba "renovando" su propio departamento.

Se preguntaba si no podría apilar sus libros y transformarlos en las patas de una mesa de café. "Después puedo poner arriba mi Kindle", dijo.

La poesía se mueve en Madrid.

El pasado domingo de Enero de por si muy frió nos encontramos con el fotógrafo Federico Romero Galán,la fotógrafa Carmen Lafuente,el poeta kostas kamaki ,Francisco Julian Rotela julio futuro poeta y el poeta Julio Medina Gimenes para recitar poesías y recorrer juntos el cementerio de la Ribera del Manzanares ; un encuentro poético-fotográfico cargado de anécdotas que pasara a relatar,nos llamo la atención en principio las tumbas del año1889 al 1902 en la parte antigua del cementerio y las tumbas con figuras masonicas como el compás , la pluma y el triangulo, también eran de apreciar las tumbas muy bien decoradas con figuras del cantante popular de flamenco Camaron y flores muy coloridas, también descubrimos una tumba  muy extraña del padre con su hija ,que se reencontraron después de 56 años es decir la niña partiendo a los 5 años de vida y 56 años despues el padre y ahora descansan juntos por la eternidad y por ultimo las tumbas de los poetas , escritores y artistas reconocidos,donde recitamos poemas de Waltt Whittman,,Stéphane Mallarmé y Vicente Aleixandre.
Esperamos en breve continuar con nuestros recitados poéticos-fotográficos en el rastro de Madrid donde la gente busca anécdotas y antigüedades ,trataremos de dejar también unos versos en su caminar y en sus vidas.

Borrachera de tristeza


Está en el primer volumen de las obras completas de Juan Carlos Onetti que ha editado Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores y es una novela breve. Cuentan que para el autor era, de todos los que escribió, su libro preferido. A una localidad de la sierra llega un hombre para intentar curarse de una enfermedad pulmonar, y se instala allí una temporada. El narrador de Los adioses tiene en aquel lugar un comercio donde sirve bebidas y algo para picar, donde vende las cuatro cosas indispensables que hacen falta en cualquier casa y, además, reparte el correo. "Quisiera no haber visto del hombre, la primera vez que entró en el almacén, nada más que las manos; lentas, intimidadas y torpes, moviéndose sin fe, largas y todavía sin tostar, disculpándose por su actuación desinteresada". Así empieza la historia. Enseguida, el narrador cuenta que ha calado a aquel tipo y que le ha bastado verlo un rato y cruzar unas cuantas palabras "para saber que no iba a curarse, que no conocía nada de donde sacar voluntad para curarse". Así que Onetti, desde el primer momento, nos pone en esa tesitura: hay alguien que se va a morir y hay otro que nos lo va a ir contando.
Juan carlos onettiEl primer dato son las cartas. Al hombre enfermo de la sierra le llegan en dos tipos de sobres. En unos, los datos están escritos a máquina; en los otros, con tinta azul. Acude puntual a recogerlos, y es cuando se deja ver, aunque no es fácil adivinar lo que le pasa. El dueño de la tienda, del almacén, lo observa, hace hipótesis, y avanza sus consideraciones sobre la vida y el mundo con un tono sombrío y desesperanzado.En las obras de Onetti el fracaso se instala desde la primera letra, y poco a poco lo va anegando todo. Es el dato indispensable para tratar de los hombres y las mujeres. Y es como si, sobre las cosas, fuera echando paletadas de tristeza y dolor, de tedio y aburrimiento, de desgana y hastío. No hay perspectivas, y la monotonía impone su sello inconfundible a la marcha de las horas y los días. Lo que importa es que, en esas circunstancias, sus criaturas se empeñen en conservar la dignidad. Sin heroísmo alguno. Casi como una condena.
Hace unos días, el Instituto Cervantes de Roma se acordó de Onetti y de su obra habló, por ejemplo, el profesor Diego Simini y se proyectó el documental que explora su figura que ha dirigido Pablo Dotta. Su literatura es ciertamente única en nuestra lengua. Es seguramente el escritor que con más insistencia y rigor y dedicación ha ido dando mordiscos a esas máscaras de las que hombres y mujeres se sirven para ser otra cosa distinta que polvo y desolación y vacío. Con su escritura ha ido pelando lo que hay para quedarse con lo esencial. Un gesto, un puñado de palabras, una señal.
Los adioses se sostiene sobre el hilo frágil que recorre un hombre que va a morirse. De joven jugó al baloncesto, era muy bueno, llegó a internacional. Lo que se sabe de él en la sierra es simplemente que está enfermo y que, quizá, le quede ya muy poco. Un día lo visita una mujer. Bromean, ríen, se hacen fotos con una Leica. Otra vez la que va a visitarlo es una muchacha. Entonces el hombre deja el hotel y alquila una pequeña casa donde se instala con ella, hasta que se marcha. Un tipo callado, raro, que va a lo suyo, que no hace piña con los demás, que va aguantando el tirón. Eso cuentan. Vuelve la mujer, esta vez con un niño. También regresa la muchacha. El dueño del almacén, que nos está contando lo que consigue saber, procura no dejarse llevar por el chismorreo. Onetti, por su parte, deja todo en el aire, e inyecta ambigüedad en todas las venas de la historia. La rara belleza de sus frases, esa hondura que quita toda esperanza, la debilidad de sus hombres y sus mujeres, y su fortaleza. Se lee a Onetti y es como si uno se emborrachara de tristeza y, de pronto, encontrara ahí muy dentro, al fondo, una intensa y hermosa complicidad con quien va a morir y una inmensa piedad por todos nosotros.  

Balada del ausente


Entonces no me des un motivo por favor
No le des conciencia a la nostalgia,
La desesperación y el juego.
Pensarte y no verte
Sufrir en ti y no alzar mi grito
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa,
En lo único que puede ser
Enteramente pensado
Llamar sin voz porque Dios dispuso
Que si Él tiene compromisos
Si Dios mismo le impide contestar
Con dos dedos el saludo
Cotidiano, nocturno, inevitable
Es necesario aceptar la soledad,
Confortarse hermanado
Con el olor a perro, en esos días húmedos del sur,
En cualquier regreso
En cualquier hora cambiable del crepúsculo
Tu silencio
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni saluda
Que no responde al sombrero enlutado
Golpeando las rodillas
Que teme a Dios y se preocupa
Por lo que opine, condene, rezongue, imponga.
No me des conciencia, grito, necesidad ni orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a esperar, cree lo que ignora.
Se aceptan todas las apuestas:
Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pero soy mayor
Ya ni siquiera creo,
En romper espejos
En la noche
Y lamerme la sangre de los dedos
Como si la hubiera traído desde allí
Como si la salobre mentira se espesara
Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Me aproximara a lo que resta vivo, blando y ágil.
Muerto por la distancia y el tiempo
Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
Cada día más antiguas, suciamente deseosas y extrañas.
Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad, su diminuto no ser.
La paz y después, dichosamente, en seguida, nada.
Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo, no inventará arrugas, no me inflará las mejillas
Ahí estaré esperando una cita imposible, un encuentro que no se cumplirá.
Juan Carlos Onetti

Y el pan nuestro


Sólo conozco de ti
la sonrisa gioconda
con labios separados
el misterio
mi terca obsesión
de desvelarlo
y avanzar porfiado
y sorprendido
tanteando tu pasado
Sólo conozco
la dulce leche de tus dientes
la leche plácida y burlona
que me separa
y para siempre
del paraíso imaginado
del imposible mañana
de paz y dicha silenciosa
de abrigo y pan compartido
de algún objeto cotidiano
que yo pudiera llamar
nuestro.
Juan Carlos Onetti

Juan Carlos Onetti

Querida Litty

Desde hace meses
con inusitada frecuencia
no me deja el cartera cartas tuyas.
Será amnesia del hombre
o tal vez las apile
en un rincón limpio
de su cuarto de soltero
solterón
y algún día me las traiga
cinta rosa
todas juntas
como un banquete
para el olvidado hambriento
que puede imaginarse
desde ahora
una clara catarata
de ternuras y recuerdos.

LIED DE LA BOCA FLORIDA.-Leopoldo Lugones

Al ofrecerte una rosa
el jardinero prolijo,
orgulloso de ella, dijo:
no existe otra más hermosa.

A pesar de su color,
su belleza y su fragancia,
respondí con arrogancia:
yo conozco una mejor.

Sonreíste tú a mi fiero
remoque de paladín...
Y regresó a su jardín
cabizbajo el jardinero.

LA NOCHE PURA

Floreció, con la lluvia, en los jardines,
El cándido jazmín de primavera.
La noche, cual profunda enredadera,
Cuaja también en luz claros jazmines...

Leopoldo Lugones

LA ÚLTIMA CARETA

La miseria se ríe con sórdida chuleta,
Su perro lazarillo le regala un festín.
En sus funambulescos calzones va un poeta,
Y en su casaca el huérfano que tiene por Delfín.

El hambre es su pandero, la luna su peseta
Y el tango vagabundo su padre nuestro. Crin
De león, la corona. Su baldada escopeta
De lansquenete impávido suda un fogoso hollín.

Va en dominó de harapos, zumba su copla irónica.
Por antifaz le presta su lienzo la Verónica.
Su cuerpo, de llagado, parece un huerto en flor.

Y bajo la ignominia de tan siniestra cáscara,
Cristo enseña a la noche su formidable máscara
De cabellos terribles, de sangre y de pavor.

Leopoldo Lugones

Leopoldo Lugones

HIMNO A LA LUNA

Luna, quiero cantarte
Oh ilustre anciana de las mitologías,
Con todas las fuerzas del arte.

Deidad que en los antiguos días
Imprimiste en nuestro polvo tu sandalia,
No alabaré el litúrgico furor de tus orgías
Ni tu erótica didascalia,
Para que alumbres sin mayores ironías,
Al polígloto elogio de las Guías,
Noches sentimentales de mieses en Italia.

Aumenta el almizcle de los gatos de algalia;
Exaspera con letárgico veneno
A las rosas ebrias de etileno
Como cortesanas modernas;
Y que tu influjo activo,
La sangre de las vírgenes tiernas
Corra en misterio significativo.

Yo te hablaré con maneras corteses
Aunque sé que sólo eres un esqueleto,
Y guardaré tu secreto
Propicio a las cabelleras y a las mieses.

Te amo porque eres generosa y buena,
¡Cuánto, cuánto albayalde
Llevas gastado en balde
Para adornar a tu hermana morena!

[ .... ]

Entre nubes al bromuro,
Encalla como un témpano prematuro,
Haciendo relumbrar, en fractura de estrella,
Sobre el solariego muro
Los cascos de botella.
Por el confín obscuro,
Con narcótico balanceo de cuna,
Las olas se aterciopelan de luna;
Y abren a la luz su tesoro
En una dehiscencia de valvas de oro.

[ .... ]

Como una dama de senos yertos
Clavada de sien a sien por la neuralgia,
Cruza sobre los desiertos
Llena de más allá y de nostalgia
Aquella luna de los muertos.
Aquella luna deslumbrante y seca-
Una luna de la Meca ...

La paloma

Una paloma tuve muy dulce, pero un día
se murió. Y he pensado que murió de tristeza.
¡Oh! ¿Qué le apenaría? Sus pies ataba un hilo
de seda, y con mis dedos lo entrelacé yo mismo.
¿Por qué morías, tú, de pies lindos y rojos?
¿Por qué dejarme, pájaro tan dulce? ¿Por qué? Dime.
Muy solito vivías en el árbol del bosque:
¿Por qué, gracioso pájaro, no viviste conmigo?
Te besaba a menudo, te di guisantes dulces:
¿Por qué no vivirías como en el árbol verde?.

Jhon Keats

Bien venida alegría, bienvenido pesar

Bien  venida alegría, bien venido pesar,
la hierba del Leteo y de Hermes la pluma:
vengan hoy y mañana,
que los quiero lo mismo.
Me gusta ver semblantes tristes en tiempo claro
y alguna alegre risa oír entre los truenos;
bello y feo me gustan:
dulces prados, con llamas ocultas en su verde,
y un reírse zumbón ante una maravilla;
ante una pantomima, un rostro grave;
doblar a muerto y alegre repique;
el juego de algún niño con una calavera;
mañana pura y barco naufragado;
las sombras de la noche besando a madreselvas;
sierpes silbando entre encarnadas rosas;
Cleopatra con regios atavíos
y el áspid en el seno;
la música de danza y la música triste,
juntas las dos, prudente y loca;
musas resplandecientes, musas pálidas;
el sombrío Saturno y el saludable Momo:
risa y suspiro y nueva risa...
¡Oh, qué dulzura, el sufrimiento!
Musas resplandecientes, musas pálidas,
de vuestro rostro alzad el velo,
que pueda veros y que escriba
sobre el día y la noche
a un tiempo; que se apague
mi sed de dulces penas;
ramas de tejo sean mi refugio,
entrelazadas con el mirto nuevo,
y pinos y limeros florecidos,
y mi lecho la hierba de una fosa.

John Keats

A Reynolds

¿DÓNDE hallar al poeta? Nueve Musas,
mostrádmelo, que Pueda conocerlo.
Es aquel hombre que ante cualquier hombre
como un igual se siente, aunque fuere el monarca
o el más pobre de toda la tropa de mendigos;
o es tal vez una cosa de maravilla: un hombre
entre el simio y Platón;
es quien, a una con el pájaro,
reyezuelo o bien águila, el camino descubre
que a todos sus instintos conduce; el que ha escuchado
el rugir del león, y nos diría
lo que expresa aquella áspera garganta;
y el bramido del tigre
le llega articulado y se le adentra,
como lengua materna, en el oído.

Oído

He oído el contar de muchos años y muchos años tendrían que atestiguar un cambio. La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo.Dylan Thomas

Decir un suspiro

De los suspiros algo nace que no es la pena, porque la he abatido antes de la agonía; el espíritu crece olvida y llora: algo nace, se prueba y sabe bueno, todo no podía ser desilusión: tiene que haber, Dios sea loado, una certeza, si no de bien amar, al menos de no amar, y esto es verdadero luego de la derrota permanente.Dylan Thomas


Dylan Thomas

(...) quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras, sólo de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querían decir tenía una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivía en mi mundo.

jueves, 27 de enero de 2011

Mario Benedetti

Piedritas En La Ventana

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme la cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quien sabe donde quedan mis próximas huellas
ni cuando mi historia va a ser computada
quien sabe que consejos voy a inventar aun
y que atajo hallare para no seguirlos
esta bien no jugare al desahucio
no tatuare el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
esta bien me doy por persuadido
que la alegría no tire mas piedras
abriré la ventana.
Mario Benedetti

DESPABÍLATE AMOR.

Bonjour buon giorno guten morgen
despabílate amor y toma nota
sólo en el tercer mundo
mueren cuarenta mil niños por día
en el plácido cielo despejado
flotan los bombarderos y los
buitres
cuatro millones tienen sida
la codicia depila la amazonia

buenos días good morning
despabílate
en los ordenadores de la abuela
onu
no caben más cadáveres de
ruanda
los fundamentalistas degüellan a
extranjeros
predica el papa contra los
condones
havelange estrangula a maradona

bonjour monsieur le maire
forza italia buon giorno
guten morgen ernst junger
opus dei buenos días
good morning hiroshima

despabílate amor
que el horror amanece.

Mario Benedetti


SI DIOS FUERA UNA MUJER


¿Y si Dios fuera una mujer?
Juan Gelman


¿y si dios fuera mujer?
pregunta juan sin inmutarse

vaya vaya si dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas

tal vez nos acercáramos a su divina
desnudez
para besar sus pies no de bronce
su pubis no de piedra
sus pechos no de mármol
sus labios no de yeso

si dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos sida o pánico
nos contagiaría su inmortalidad

si dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos
sino que nos aguardaría en el zaguán del
infierno
con sus brazos no cerrados
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles

ay dios mío dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería
qué venturosa espléndida imposible
prodigiosa blasfemia.

Hilario Ascasubi



     Si la poesía, en un sentido más lato, es la apreciación exacta y la fiel reproducción de la 
naturaleza, el señor Ascasubi es poeta; pero en su poesía no se deben buscar las 
concepciones trágicas, los sueños sentimentales y voluptuosos, ni la ternura apasionada de 
los antiguos poemas alemanes; tampoco la exposición pintoresca, el brillo, la acción, el 
nervio de los viejos cuentos españoles, ni menos la salvaje energía, la lúgubre profundidad 
de los himnos sajones. 
     El señor Ascasubi no pertenece a la categoría de poetas que Taine, Morin y otros han 
bautizado con el nombre de lakistes, pálidos imitadores de Chateaubriand, que sólo saben 
vibrar una nota vaga, tierna y plañidera; está distante de seguir la escuela de los que a todo 
trance quieren aparecer escépticos, abrumados por el tedio como Biron, sin poseer las 
sublimes cualidades del autor de Lara y de Manfredo, sin haber sufrido sus padecimientos, 
sin estar atormentados por el genio «de ese ángel o demonio»; tampoco sigue a los afiliados 
en el gremio de la fantasía, como Banville, Bandelaire, Pommier, etc. No; el poeta porteño 
ha aspirado a enrolarse, bajo otra bandera, y en esas filas ha obtenido un rango superior. 
     El señor Ascasubi ha comprendido que en este siglo, el poeta debe elevarse a otras 
esferas, ser el sacerdote de la idea, servir la causa de la libertad y del progreso, emplear un 
acento viril para [XIV] alzarlo en las luchas de la humanidad que se esfuerza por hacer 
triunfar el derecho y la justicia. 
     En su género, y aun cuando dista mucho en cuanto a la forma, ha emprendido el camino 
que llevan De Laprade, Dupontavice, De Heussey, Carlos Alexandre, Esteban Arago y 
otros pocos que se empeñan en salvar de su ruina la poesía francesa. 
     El señor Ascasubi, por la originalidad, tiene muchos puntos de contacto con el célebre 
Jasmín, cuyos cantos, en una lengua que tiende a desaparecer, han arrancado estrepitosos 
aplausos a las grandes ilustraciones literarias de la capital de la Francia. Por su buen sentido 
y su naturalidad podría decirse que ha bebido en las mejores obras del buen La Fontaine, 
Por su robusta entonación en defensa de la patria y de la libertad, tiene grande analogía con 
el amable Beranger, el bardo popular de Francia, tan amado por los hijos de las clases 
trabajadoras y tan injustamente calumniado después de su muerte, aun por algunos que se 
llaman liberales y que han dado algunas pruebas de verdadero liberalismo, los cuales se 
cuenta Pelletan. 
     El señor Ascasubi ha sabido separarse de esa trillada senda que han recorrido muchos 
poetas americanos, que no han tenido en mira fundar una literatura propiamente nacional, y 
que han empleado sus robustas facultades en imitar el lenguaje, las formas, los sentimientos 
y aun asimilarse las enfermedades del corazón de los escritores desesperados o 
desesperanzados de viejas sociedades europeas. 
     El señor Ascasubi ha comprendido que el poeta debe servir prácticamente al pueblo, y 
ha cantado la libertad, ha tronado contra la tiranía, ha seguido paso a paso los terribles 
episodios, las tremendas escenas que se han desarrollado en las dos riberas del Plata; y para 
dar a sus agradables e interesantes descripciones un tinte original y algo de color local, ha empleado el lenguaje animado, expresivo, varonil hasta en su misma falta de cultura, de los 
gauchos, de esos habitantes de las Pampas que, acostumbrados a vivir dueños de sí mismos, 
han defendido con brío la libertad y la independencia, cuando ellas han estado amenazadas 
o próximas a sucumbir. 
     En los versos del señor Ascasubi, aún en sus cóleras y sus indignaciones patrióticas, en 
sus lides políticas, muestra siempre ese buen humor que indica la necesidad de reír y de 
hacer reír, sin ser enfadoso ni pobre o de espíritu; pues no siempre es justa la máxima de 
Vauvenargues: 
La moquerie est souvent indigence d'esprit. 
     El bardo argentino se exhibe las más de las veces burlón y tundador; pero no es cruel en 
sus sátiras, ni mordaz en sus epigramas: «pica como una abeja sin veneno.» Sin embargo, 
en más de una ocasión sus rimas han debido causar escozor al prójimo. 
     Aun cuando muchas composiciones del señor Ascasubi presentan hermosos versos que 
pudiéramos citar como modelos en su género, nos abstenemos de hacer transcripciones, una 
vez que pensamos [XV] reproducir muchas de las poesías contenidas en los dos tomos de 
obras completas del autor, como en su romance «Los dos Mellizos», y en su periódico 
titulado «Aniceto el Gallo.» 
     Antes de terminar este artículo nos permitiremos trazar algunas líneas acerca de la 
biografía del autor. 
     Hilario Ascasubi nació en la provincia de Córdoba, el año de 1807, de camino su familia 
para Buenos Aires, en cuya ciudad hizo sus primeros estudios. En 1819 emprendió un viaje 
por la América del Norte y la Guayana francesa. Embarcose el señor Ascasubi en la barca 
llamada la Rosa Argentina, primera que atravesó la línea equinoccial, llevando orgullosa el 
pabellón mercante de la República Argentina: 1822. 
     En 1822 regresó a Buenos Aires; después se encaminó a Bolivia, y tres años más tarde 
bajó a la provincia de Salta, en la República Argentina. A la sazón se organizaba en esa 
provincia un cuerpo de infantería con el noble objeto de libertar a la república oriental del 
Uruguay, de la dominación de los brasileros, a quienes venció el ejército argentino en la 
batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de 1827. Ascasubi sirvió bajo las órdenes del bizarro 
coronel José María Paz, y luego a las del general Lavalle. 
     En 1828 quedó consolidada la independencia del Uruguay, y Ascasubi volvió a Buenos 
Aires, afiliándose en el partido que el sanguinario Rosas llamaba «de los salvajes 
unitarios.» 
     Rosas, con sus instintos de hiena, persiguió a todos los buenos patriotas; Ascasubi no 
podía dejar de ligurar entre las víctimas de ese tirano, y fue aherrojado en un oscuro 
calabozo, donde permaneció 23 meses. De tan agradable morada fue trasladado a otra 
hermosa residencia, a bordo de un pontón, El Cacique; y allí empezó el bardo a extender 
sobre el papel sus primeros versos gauchos.      Pero Rosas no se limitó a hacer esas caricias y tales agasajos al poeta porteño; hizo algo 
más: ordenó que le fusilasen por pronta providencia; pero uno de los gobernadores 
delegados del famoso restaurador y federalista, don Tomás Manuel de Anchorena, tuvo el 
buen gusto de no cumplir esa orden, caso raro de desobediencia en aquella época bendita de 
la mashorca. 
     El benigno y civilizado Rosas se hallaba a la sazón en campaña. Al regresar a Buenos 
Aires supo que Ascasubi no había sido fusilado, y lo mandó prender de nuevo: hizo que le 
encerrasen en una fortaleza, teniendo el propósito de hacerle emprender luego el viaje de 
donde no se vuelve; y a fe que así habría sucedido, si el gaucho cantor no hubiera tenido la 
idea de trepar sobre la muralla y dejarse caer en un foso que estaba a 15 metros más abajo. 
En tal ejercicio gimnástico pudo haberse roto la cabeza; pero más seguro era que Rosas se 
la mandara cortar: el cálculo del bardo fue, pues, muy acertado. De su salto peligroso salió 
bien Ascasubi, y pudo ponerlas en polvorosa y asilarse en el territorio de la República 
Oriental. 
     Desde Montevideo, donde se habían refugiado centenares de argentinos perseguidos por 
Rosas, Ascasubi declaró guerra abierta al tirano, poniendo al servicio de la buena causa su 
espada, su pluma y sus recursos pecuniarios. 
     En 1843, después de tantos años de luchas, en que Ascasubi [XVI] perdió dos hermanos 
y muchos amigos, Rosas envió a su igual, el cruel Oribe, a que conquistase la Banda 
oriental. Fue entonces que intervinieron la Francia y la Inglaterra con sus escuadras y mas 
de 4.000 hombres de desembarco, fuerzas que permanecieron en Montevideo. 
     En 1851, el general don Justo José de Urquiza se pronunció contra Rosas, batió a Oribe 
y engrosó sus filas con los soldados de ese sanguinario militar. Aliado más tarde con los 
brasileros, emprendió su campaña contra el tirano, a quien puso en vergonzosa derrota en 
Monte Caseros, el 3 de febrero de 1852. 
     En aquella memorable y gloriosa campaña, Ascasubi figuró como ayudante de campo 
del general Urquiza. 
     Desde que la República Argentina recobró su libertad, Ascasubi le ha seguido prestando 
sus útiles servicios. En el deplorable conflicto que surgió entre Buenos Aires y las trece 
provincias, Ascasubi tomó parte por la provincia disidente. 
     El poeta argentino acaba de hacer un viaje a Europa, y no dudamos que al regresar a su 
patria se esforzará por excitar el patriotismo de los argentinos, a fin de que pongan término 
a esas querellas de familia que impiden el adelanto del país en el interior, quitándole 
prestigio en el exterior. Esa es la misión de un buen ciudadano y del poeta de la moderna 
escuela, que es la sostenedora del Derecho y la Justicia. 
J. M. Torres Caicedo      Como complemento a las noticias biográficas que en el anterior artículo inserta el señor 
Torres Caicedo, reproducimos la vista fiscal que se dio en el expediente de retiro a 
inválidos, promovido por el señor Ascasubi. 
     Dice así: 
Excelentísimo señor: 
     Por las poderosas razones que expresa la Comandancia general de Armas y la 
Contaduría general, es evidente que al señor teniente coronel don Hilario Ascasubi le 
corresponde el retiro a inválidos con las dos terceras partes del sueldo de su clase. 
     Pero si la causa que combatió la tiranía sangrienta de Rosas ha triunfado, si los servicios 
prestados a esa causa de la civilización contra el crimen y la barbarie son grandes méritos 
para con la patria, es preciso hacer a favor de los ciudadanos que prestaron señalados 
servicios en esa lucha horrible, todo cuanto sea permitido, aun dando una interpretación lata 
a la ley de setiembre. [XVII] 
     El señor teniente coronel Ascasubi, de pública notoriedad, ha sido uno de los militares 
que, habiendo pertenecido desde muy joven al ejército nacional de la guerra del Brasil, 
perteneció siempre a la causa de la libertad; por ella se ha sacrificado, ha emigrado, fue 
encarcelado y borrado de la lista militar; perteneció a los ejércitos libertadores, al sitio de 
Montevideo, a la cruzada para derrocar a Rosas, y ha estado constantemente del lado de la 
causa de los principios durante el sitio de esta ciudad y de todos los conflictos por que ha 
pasado el país. Con sus fondos particulares proveyó de armas al general Lavalle, armó y 
tripuló un buque a su expensa durante la cruzada del mismo general, y su casa y su fortuna 
han estado siempre a disposición de sus compañeros de emigración. 
     Cuando estuvo en buenas condiciones de fortuna, pidió su separación del servicio por no 
ser gravoso al Estado, dando a establecimientos públicos los sueldos que se le adeudaban. 
     Desgracias inesperadas le han hecho perder su fortuna, en edad avanzada; o inútil ya 
para servicios activos, rodeado de sinsabores domésticos, debe ser recompensado por sus 
méritos notorios. 
     La ley de pensiones acuerda la totalidad del sueldo a los que quedaron inutilizados por 
función de guerra, inciso 1º, artículo 17. El Fiscal cree que Vuestra Excelencia en atención 
a los remarcables servicios de este Jefe, que es más meritorio que si se hubiese inutilizado 
por heridas en función de guerra, debiera acordarle el sueldo íntegro con retiro a inválidos.