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"Tengo que empezar destacando que tres años después de nuestra horrorosa crisis económica causada por un fraude masivo, ni un solo ejecutivo financiero ha ido a la cárcel, y esto está mal." Estas palabras del director Charles Ferguson fueron las que más calaron entre todos los agradecimientos de la última gala de los Oscar. Ferguson subió al escenario a recoger el premio al Mejor documental por Inside job, una aterradora y compleja historia sobre el origen y los protagonistas de la crisis económica. En España se estrenó el 25 de marzo en cinco salas de Madrid, Barcelona y Zaragoza. Una semana después, tras su buena aceptación por parte del público y el boca a boca -la crítica ya la había ensalzado- su distribuidora amplió el número de cintas a 12, incluyendo una sala también en Sevilla. Un logro nada habitual para un documental que, aunque no cuenta nada nuevo, mucho tiene que ver con el mensaje que lanza.
"Ha removido un poco el asunto. Estábamos todos con la aceptación de la crisis y nos ha hecho abrir los ojos", dice el director de Documenta Madrid.
Paco Poch, productor de documentales: "Es una forma de conexión con la realidad y da que pensar, es un elemento muy útil".
Ferguson expone en Inside job, a través de decenas de entrevistas y una labor de investigación periodística exhaustiva, cómo la irresponsabilidad de bancos, economistas y gobiernos ha causado una crisis económica que arrastramos desde 2008 y que ha provocado que algunos de los personajes que la desencadenaran salieran indemnes y aún más enriquecidos. Una película dura y compleja que en España funcionó muy bien en su primer fin de semana pese a las pocas copias y ser en versión original subtitulada: casi 6.000 espectadores y una recaudación de unos 38.680 euros, cifras más que dignas para las pocas salas que la exhibían. "Conseguir el Oscar ayuda pero la temática en concreto, la crisis y todo lo que lo rodea también. Me parece que ha removido un poco el asunto. Estábamos todos con la aceptación de la crisis y nos ha hecho abrir los ojos", dice Antonio Delgado, director del festival Documenta de Madrid.
Llegar a los Oscar hace que todo sea más fácil. Las etiquetas de 'Ganador de X Oscar' o 'Nominado al Oscar a...' abre puertas en cuanto a distribución, exhibición y público. A veces no es casi ni necesario para películas como El discurso del rey ,Cisne negro o Valor de ley, con todas sus estrellas y directores de renombre. Pero para los documentales es una de las mejores formas de darse a conocer al gran público. Lo mismo ocurre en España con los Goya. Si a los premios se suma la alta calidad y a una temática que preocupa a la sociedad el camino es más claro. Le pasó a Michael Moore con Bowling for Columbine y le está pasando a Inside job. "Es estupendo que haya dimensión y que al público le interese", dice Paco Poch, productor de documentales ( La maleta mexicana o La leyenda del tiempo), que destaca ante todo la calidad del producto para su buen funcionamiento: "Es una forma de conexión con la realidad y da que pensar, es un elemento muy útil. Me acuerdo de todos los documentales interesantes que he visto. Es como cuando lees una buena ficción".
Las distribuidoras suelen facilitar a los exhibidores el número de copias que ellos estiman pueden funcionar. En ocasiones poco habituales, sobre todo con un documental, se rectifica para distribuir más copias. Una corrección en la que también pueden participar los exhibidores solicitando más copias por la demanda en sus salas. "El mercado de los documentales es complicado, en este caso Inside job además no está doblado y son dos horas", dicen desde el departamento de prensa de Sony, donde se han visto sorprendidos por "el buen resultado" de la película en su estreno y que espera que el boca a boca vuelva a llenar las salas. "No es muy habitual en el terreno del documental. Las distribuidoras lo prevén, como pasó con The cove o el caso de Grizzly Man. Pero a veces sale el tiro por la culata", dice Delgado, que recuerda también que "Michael Moore funciono muy bien en salas y al final sus últimas películas decepcionaron un poco incluso a los distribuidores".
En su segundo fin de semana, según datos provisionales, Inside job ha conseguido números muy parecidos a los de su estreno. 5.751 espectadores -en total van 11.660- han pasado por las 12 salas en los que se exhibe la película. La película se sitúa esta semana como la tercera más rentable por sala por detrás de Invasión a la Tierra (se puede ver en 406 pantallas) y En un mundo mejor (46 pantallas) y lleva una recaudación total en España de 80.000 euros (3.000 millones en todo el mundo).
"Inside job toca un tema muy de actualidad. El público está empezando a perderle miedo a ver documentales. La realidad mucho más potente que la ficción" dice Loris Omedes, responsable de Bausan Films, una productora cuyos trabajos han pasado por los Oscar (el documental Balseros obtuvo candidatura en 2003) o los Goya (Bucarest, la memoria perdida, premio en 2009). "Si hay obra de calidad, es muy bueno que se vea, que se rompa el tabú de que el documental es un rollo, igual que el de la versión original o el cine de autor. Difundir, explicar, mover... nos tenemos que preocupar por la calidad", dice Poch. "Que los espectadores no estén viendo siempre televisión basura y concursos ridículos. Lo que hay que hacer es ir al cine como escuchar buena música".
Menos prejuicios hacia los documentales
Para Delgado, películas como Inside job ayudan a "quitar prejuicios", una labor de medio o largo plazo: "Algo similar a lo que está pasando con la versión original subtitulada. Después de la prohibición franquista y la obligatoriedad del doblaje, mucha gente era crédula y hoy cada día es más habitual. No es mayoritario, pero sí se normalizará en un futuro. De cada 10 películas [en las salas], dos deberían de ser documentales". Pero a los documentales les sigue costando entrar en el circuito comercial. "El problema es que fallan dos sectores: distribución y exhibición [el primero es la producción]. Los documentales tienen su cabida en festivales, televisión, DVD, pero lo que cuesta es normalizar su acceso a las salas de cine. No es culpa de ellos, es que no es rentable porque el público no va a las salas, es el círculo vicioso, es un poco labor de corredor de fondo, de tiempo", concluye Delgado.
Calidad basada en el buen periodismo, tema de actualidad, premios, interés social y ojo para la distribución. ha conseguido sumar lo básico para funcionar y ser un instrumento de denuncia que ha calado, algo que defiende Poch desde sus documentales y que se aplica a este película: "El cine como instrumento de denuncia, conocimiento y de cambio...se puede hacer aquello que pensábamos que se podía hacer cuando teníamos 20 años...podemos llegar a mejorar el mundo, lo más justo posible y equilibrado...".
Otra película que fue candidata al Mejor documental en Hollywood este año fue Exit through the gift shop, distribuida por Avalon y estrenada el 8 de octubre de 2010 con ocho copias. La película la vieron 27.961 espectadores y consiguió recaudar 193.274 euros. Pero la vida de los documentales en las salas es siempre corta. Queda esperar una buena difusión en formato casero (DVD o Blu-ray) y su emisión en canales de televisión especializados. Exit through the gift shop salió a la venta en DVD a mediados de febrero y se han vendido unas 2.000 unidades, según Avalon. La edición de Inside job estará en las tiendas el 26 de abril, tan solo un mes después de estrenarse en salas. Para Omedes, los documentales tienen que seguir su camino: "Primero en festivales, luego entra en el cine, de una semana a tres o cinco, luego pases por televisión, principalmente TVE, Canal + o Tv3, y luego lo que pasa es que tienen una pequeña carrera en foros y muestras con la temática del propio documental. Especialente si tienen una temática social. Va todo poco a poco".
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