Otro compilado de grandes éxitos del sociólogo francés Pierre Bourdieu.Podrían llenar ya una biblioteca. La estructura de estos libros puede preverse. Una decena de textos escritos por diferentes razones en diferentes décadas; una introducción firmada por alguna voz autorizada en la que se explican con empeño didáctico conceptos como campo, habitus, doxa, relación, posición, capital simbólico, clase, todo aquello que conforma un conglomerado disperso de hipótesis, estilos y miradas que con esfuerzo podrían conjugar un intento de “teoría bourdieusiana”. Este intento se asume como una perspectiva objetivista, relacional y posicional de la práctica sociológica, aplicada a tópicos diversos, con énfasis en educación, industrias culturales, poder, bienes simbólicos y un interminable etcétera. Los libros de Bourdieu –nacido en 1930 y muerto en 2002– se parecen a los discos de The Ramones o AC/DC: los hay mejores y peores, pero en cuanto se escuchan dos o tres se sabe qué hay en los demás.
Las estrategias de la reproducción social, que acaba de publicarse, reúne nueve artículos publicados entre 1976 y 1994. La introducción es de la historiadora Alicia B. Gutiérrez (Córdoba, 1957), quien se mueve en el universo del sociólogo francés con comodidad (publicó dos libros sobre su trabajo). Escribió además la introducción de El sentido social del gusto, compilación que Siglo XXI editó en 2010. La referencia no es casual: uno y otro libro podrían leerse como parte de un impulso intelectual combinado. Allí Bourdieu habla sobre consumo cultural; aquí Bourdieu habla sobre reproducción de la vida social. Se entretejen; dialogan. Las estrategias de reproducción social se comprenden en términos de relaciones. ¿Por qué el orden social se perpetúa? ¿Por qué el mundo no se desmorona sobre sus bases? ¿Por qué no se borra todo de un plumazo y se empieza de nuevo? Bourdieu relacionaba las hipótesis estructuralistas (las estructuras portan su propia persistencia) con las hipótesis interaccionistas y etnometodológicas (una recreación continua a cargo de agentes autónomos). Al ponerlas en relación, las trascendía. La reproducción de la vida social, la transcripción de los mecanismos de dominación y dependencia son indisociables de la práctica, de los ajustes entre estructuras objetivas y disposiciones subjetivas de los individuos.
Bourdieu volvía a la idea de conatus de la filosofía clásica: el mundo social está dotado de un dinamismo interno, de una tendencia a perseverar en el ser. Se mantiene y se sostiene a través de acciones de construcción y reconstrucción de estructuras que dependen de la posición que los agentes ocupan en esas estructuras. “Toda sociedad reposa sobre la relación entre esos dos principios dinámicos, que varían en importancia según las sociedades y están inscritos, uno en las estructuras objetivas, y más precisamente en la estructura de distribución del capital y en los mecanismos que tienden a garantizar su reproducción; el otro, en las disposiciones (a la reproducción)”. Los diferentes modos de reproducción de la vida social se definen en relación a estos dos principios.
Las estrategias de reproducción, que en la práctica se presentan entremezcladas, pueden distribuirse teóricamente en tipos generales: estrategias de fecundidad, profilácticas, sucesorias, educativas, de inversión económica, de inversión simbólica. Estas estrategias tienden a reproducir las condiciones de su propia producción. Perpetúan y tienen por condición el habitus, que es identidad y diferencia, que mantiene distancias y relaciones de orden. Constituyen un sistema, y como tal, en la práctica contribuyen a la reproducción de todo el sistema completo de desigualdades constitutivas del orden social. La voluntad teórica –enredarse con conceptos y luego enredarse mucho más– de los textos reunidos en Las estrategias de la reproducción social no pasa desapercibida. Libros como El sentido social del gusto o Una invitación a la sociología reflexiva proponen lecturas amenas. Son buenas recomendaciones para no iniciados. Aquí se dan por sentados ciertos rudimentos y se espera cierta institucionalización académica para hacer frente al choque de tantas abstracciones sociológicas. Mucha doxa, acotaría Bourdieu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario