La estatua de bronce de Rocky cerca del Museo de Arte de Filadelfia irritaba a Jessie Hemmons. Le parecía demasiado grande, demasiado machista y demasiado turística. Por eso, recientemente, Hemmons, una artista de 24 años, la bombardeó. Con hilo rosado.
Con la ayuda de una escalera y una aguja, Hemmons cosió una chaqueta con capucha sobre el boxeador de ficción con las palabras "Go See the Art" sobre la frente, para impulsar a los turistas a visitar el museo que tantas veces pasan por alto después de sacarse una foto con la estatua. A este acto de vandalismo artístico, ella lo llama "yarn bombers", adaptando un término que se utiliza para los "terroristas murales", los artistas que cubren una superficie con graffiti.
"El arte callejero y los grafiti en general están dominados por hombres", dijo Hemmons. "El terrorismo del hilo es más femenino".
Es un fenómeno global. En París, una de las culpables llenó las grietas de las veredas con nudos de hilo.
En Denver, un grupo llamado Ladies Fancywork Society cubrió de crochet troncos de árboles, bancos y teléfonos públicos. En Londres, Knit the City cubrió con hilo fuentes y cercos. En Melbourne, Australia, una mujer conocida como Bali cubrió armazones para sujetar bicicletas y paradas de autobús.
A veces llamado "grandma grafiti", el movimiento tuvo su impulso y un manifiesto en 2009 con la publicación de "Yarn Bombing: The Art of Crochet and Knit Graffiti", de Mandy Moore y Leanne Prain, tejedoras de Vancouver, Canadá. El libro parte de las raíces del graffiti y en broma sólo a medias posiciona al terrorismo del hilo como una alternativa ilícita para las tejedoras hartas de hacer un sweater más.
Prain dice que ha estado ocupada desde que una canadiense declaró el 11 de junio Día Internacional del Yarn Bombing en Facebook.
Muchas tejedoras se han conectado con Magda Sayeg, una tejana de 37 años que es considerada por muchos como la madre del `yarn bombing’. En 2005 tejió en un arranque una cubierta celeste y rosa para el picaporte de la puerta de su boutique en Houston. "Se bajaban de los autos simplemente para mirarlo", dijo Sayeg- Pero no todas las artistas que utilizan el hilo en su trabajo sienten el mismo entusiasmo.
"Yo no bombardeo con hilo, yo hago arte", dijo Agata Oleksiak, de 33 años, una artista de Nueva York que viene envolviendo a humanos, bicicletas y piletas en crochet desde 2003. En diciembre, Olek, como prefiere que la llamen, cubrió la estatua del "Charging Bull" cerca de Wall Street con hilo rosa y violeta.
Olek, cuya obra ha sido exhibida en museos y galerías de todo el mundo, considera que el `yarn bombing’ es un trabajo trillado de aficionadas y exhibicionistas.
Más allá de que sea obra de artistas o de tejedoras con pretensiones, el punto de vista de las autoridades es claro: se lo considera vandalismo. No obstante, la policía parece tolerarlo. En los pocos casos en que son detenidas, dicen las terroristas del hilo, es más probable que los policías se rían de ellas y no que les den una citación. "En los primeros tiempos me identifiqué con los artistas de graffiti clandestinos", dijo Sayeg.
"Ahora, la gente con la que yo temía tener problemas es la que me invita a que le haga este trabajo".
Con la ayuda de una escalera y una aguja, Hemmons cosió una chaqueta con capucha sobre el boxeador de ficción con las palabras "Go See the Art" sobre la frente, para impulsar a los turistas a visitar el museo que tantas veces pasan por alto después de sacarse una foto con la estatua. A este acto de vandalismo artístico, ella lo llama "yarn bombers", adaptando un término que se utiliza para los "terroristas murales", los artistas que cubren una superficie con graffiti.
"El arte callejero y los grafiti en general están dominados por hombres", dijo Hemmons. "El terrorismo del hilo es más femenino".
Es un fenómeno global. En París, una de las culpables llenó las grietas de las veredas con nudos de hilo.
En Denver, un grupo llamado Ladies Fancywork Society cubrió de crochet troncos de árboles, bancos y teléfonos públicos. En Londres, Knit the City cubrió con hilo fuentes y cercos. En Melbourne, Australia, una mujer conocida como Bali cubrió armazones para sujetar bicicletas y paradas de autobús.
A veces llamado "grandma grafiti", el movimiento tuvo su impulso y un manifiesto en 2009 con la publicación de "Yarn Bombing: The Art of Crochet and Knit Graffiti", de Mandy Moore y Leanne Prain, tejedoras de Vancouver, Canadá. El libro parte de las raíces del graffiti y en broma sólo a medias posiciona al terrorismo del hilo como una alternativa ilícita para las tejedoras hartas de hacer un sweater más.
Prain dice que ha estado ocupada desde que una canadiense declaró el 11 de junio Día Internacional del Yarn Bombing en Facebook.
Muchas tejedoras se han conectado con Magda Sayeg, una tejana de 37 años que es considerada por muchos como la madre del `yarn bombing’. En 2005 tejió en un arranque una cubierta celeste y rosa para el picaporte de la puerta de su boutique en Houston. "Se bajaban de los autos simplemente para mirarlo", dijo Sayeg- Pero no todas las artistas que utilizan el hilo en su trabajo sienten el mismo entusiasmo.
"Yo no bombardeo con hilo, yo hago arte", dijo Agata Oleksiak, de 33 años, una artista de Nueva York que viene envolviendo a humanos, bicicletas y piletas en crochet desde 2003. En diciembre, Olek, como prefiere que la llamen, cubrió la estatua del "Charging Bull" cerca de Wall Street con hilo rosa y violeta.
Olek, cuya obra ha sido exhibida en museos y galerías de todo el mundo, considera que el `yarn bombing’ es un trabajo trillado de aficionadas y exhibicionistas.
Más allá de que sea obra de artistas o de tejedoras con pretensiones, el punto de vista de las autoridades es claro: se lo considera vandalismo. No obstante, la policía parece tolerarlo. En los pocos casos en que son detenidas, dicen las terroristas del hilo, es más probable que los policías se rían de ellas y no que les den una citación. "En los primeros tiempos me identifiqué con los artistas de graffiti clandestinos", dijo Sayeg.
"Ahora, la gente con la que yo temía tener problemas es la que me invita a que le haga este trabajo".
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
ResponderEliminarFrank Ruffino.