Un buen día Britlin Losee se paró frente a su cámara, encuadró su rostro, dijo unas pocas palabras y comenzó a cantar con una voz incomparable. Luego, subió el video a YouTube con un destinatario preciso: nada menos que el director y compositor norteamericano Eric Whitacre. Y afortunadamente llegó a destino. A partir de allí se produjo una concatenación de hechos que nadie podría preveer. Seducido por las posibilidades de la tecnología, Whitacre convocó a cantantes de todas partes del mundo para que interpretaran su obra "Lux Aurumque" (Luz y oro). Se grabó él mismo dando instrucciones sobre cómo debía cantarse la obra y qué tempo aplicar, y les pidió a los usuarios que subieran sus videos a YouTube.
Con los únicos requisitos de una WebCam y un micrófono, efectivamente la gente empezó a hacerlo. Whitacre recibió 185 videos de 12 países diferentes. Y así, tras un arduo trabajo de edición realizado por Scott Haines, en 2010 nació su Virtual Choir 1.0. Viral como pocos, el video tuvo un millón de visitas el primer mes. El impacto fue visible en el Virtual Choir 2.0–lanzado en 2011-, para el que 2052 personas de 58 países cantaron "Sleep", otra obra de Whitacre, con letra de Charles Anthony Silvestri. Pero la historia no termina ahí.
A tono con el uso de las nuevas tecnologías y las posibilidades virtuales de conexión, en entrevista con Ñ Digital vía Skype, Whitacre señaló que para el Virtual Choir 3.0, tiene pensado que, además de cantantes, haya bailarines de ballet de todo el mundo. También planea hacer un show en el que él mismo viajará a través del mundo para conocer a los artistas que participan en sus emprendimientos virtuales, que cada vez son más ambiciosos. Para esta tercera edición, el compositor estima que involucrará entre cinco y diez mil personas. Un número inverosímil para un coro real, pero posible si se trata de un coro con estas características.
¿Es lo mismo un coro virtual que un coro real? "No, y no se supone que debe reemplazar a un coro real", sentenció Whitacre. Según él, es algo diferente pero con un elemento en común: el sentimiento de estar juntos. "Uno no pensaría que sentándose solo frente a la computadora podría sentirse conectado con otras personas alrededor del mundo". Pero Whitacre fue más lejos con su análisis: "En un coro real, al estar con gente real, no te podés sentir completamente libre para ser vos mismo, mientras que, a través de Internet podés ser realmente vos mismo en una forma que nunca podés ser cuando estás personalmente con alguien".
Y ahora que el proyecto creció, y más y más gente lo mira en YouTube, o toman el track para hacer cosas nuevas -como un chico en Rumania que hizo que los nueve minutos y medio del Virtual Choir 2.0 se transformaran en 61-, Whitacre confesó que aún se sorprende cada vez que ve el producto terminado. "Es una metáfora sobre la necesidad de la gente de unirse y de estar junta".
Esa metáfora se expresa también en otros experimentos tecno musicales. Entre ellos se destaca el proyecto musical Playing for a change, que reúne, graba y filma músicos de diferentes culturas en distintas partes del mundo tocando la misma canción o el videoclip del tema Hibi no neiro de la banda japonesa Sour, en el que todos los participantes están filmados a través de Webcams.
Mientras los hogares siguen experimentando cambios profundos al ritmo de Internet los sujetos se recluyen cada vez más en sus "cuevas aterciopeladas". Este término acuñado por Ernest Dichter ya en los '60 en referencia a los electrodomésticos que suplantaban la fuerza física, sigue valiendo en la actualidad para referir a los hogares ahora equipados con computadoras, notbooks, netbooks, Ipads, Ipods, Iphones, teléfonos celulares, TV Digital, Web TV, HD, DVDs, CDs, videojuegos... los cuales generan una sensación de conexión con el mundo desde la comodidad del hogar. Una conexión virtual.
Lo dice Whitacre, un coro virtual no reemplaza a uno real, aunque el resultado sea maravilloso. Es una vieja discusión, vinculada a cualquier expresión artística. Contaba Picasso que un día un hombre le preguntó por qué no pintaba las cosas tal y como eran en la realidad. Ante la incomprensión del pintor, el hombre le mostró una fotografía de su mujer y dijo: "Como esto; así es mi mujer en la realidad". A lo que Picasso respondió: "¿Es muy pequeña, no? Y un poco plana...". Gracias a Internet me pude conectar con Eric Whitacre, pero qué plano y pequeño parecía a través del monitor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario