Diario ABC
Stéphane Hessel ha decidido pasar a la acción. Preocupado ante la generalizada indiferencia que se le presupone a la juventud mundial, este escritor nacido en Alemania pero parisino de adopción desde los siete años se ha puesto teclas a la obra y ha escrito«¡Indignaos!», un pequeño gran libro que busca despertar las conciencias de los jóvenes ante la crisis de la civilización occidental y que en Francia ha vendidomás de un millón y medio de ejemplares.
Stéphane Hessel ha decidido pasar a la acción. Preocupado ante la generalizada indiferencia que se le presupone a la juventud mundial, este escritor nacido en Alemania pero parisino de adopción desde los siete años se ha puesto teclas a la obra y ha escrito«¡Indignaos!», un pequeño gran libro que busca despertar las conciencias de los jóvenes ante la crisis de la civilización occidental y que en Francia ha vendidomás de un millón y medio de ejemplares.
«¡Indignaos!» ha llegado a España de la mano de Destino y con un padrino de lujo, José Luis Sampedro, encargado de escribir elprólogo y que en la presentación ha compartido púlpito con su compañero y amigo. Los dos, sabios de 93 años y con tanto recorrido humano a sus espaldas que da vértigo asomarse a sus memorias, no han escatimado en halagos mutuos y han coincidido en resaltar el importante papel que la juventud debe desempeñar en este «cambio de era» al que estamos abocados de manera irremediable.
Una juventud que en las revueltas árabes ha pasado a ocupar el primer plano mediático (sobre todo en internet y gracias a las redes sociales) pese al velo de la censura y que debería ser el ejemplo a seguir en Europa. Su acción está basada en el gran mensaje que encierra el libro: el despertar libertario de las conciencias dejando de lado la violencia. Para ello, como recalca Stéphane Hessel parafraseando aSartre, «el compromiso ha de ser individual. Es necesario que lo jóvenes, uno a uno, sean conscientes de la necesidad de libertad y justicia».
Solo esa toma de conciencia «puede sacarlos del desánimo y la indiferencia, pues son ellos quienes han de construir el futuro». Este papel cobra especial relevancia en una sociedad como la española, responsable según Hessel de la creación de la «imagen de la persona luchando por el bien encarnada en la figura de Don Quijote. En Europa necesitamos a la juventud española». José Luis Sampedro comparte esta creencia y añade un importante matiz: «Se trata de no sucumbir. Estamos asistiendo a la crisis de una civilización y debemos reaccionar.El poder económico gobierna realmente Europa y por ello debemos reeducarnos, darnos cuenta de que la libertad de pensamiento es más importante que la de expresión. Todos tenemos el deber de vivir nuestra vida».
Un momento crucial
«¡Indignaos!» ha llegado en un momento crucial para el futuro de la humanidad. Stéphane Hessel es consciente de ello y su reflexión (más que ninguna otra) debe ser escuchada. Superviviente de Buchenwald,Hessel es el único redactor aún vivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y su llamada a la «insurrección pacífica» se antoja ahora más necesaria que nunca. El intelectual tiene palabras de comprensión hacia la intervención en Libia («se trata de defender a la población civil mediante una resolución internacional»), de reciclaje para la ONU («es necesaria una mayor preocupación medioambiental y una mayor autoridad de cara a los estados») y de dureza hacia el terrorismo («solo puede vencerse mediante el respeto y la no violencia»).
¿Y qué harían Stéphane Hessel y José Luis Sampedro si volvieran ahora a tener 19 años? Pensar y actuar. Justo lo que piden a los jóvenes. Está en juego el futuro de todos.
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