A Camilo Cienfuegos, jam de Diablos azules

Estaba a punto de callar la música del ser/y la palabra pidió permisos/y se convirtió toda en un santuario/y la indiferencia nos rebelo/se nos revelo la vida/y nos mostró el achaque/de quienes nos nombra /a mi que soy lluvia/y a vos que sos fuego/estaba punto de ser mar/navegable un amo de mis carceles/y fui en mi un territorio/ del escarnio/con una serenidad apacible/y con un desdicha de hijo de Zeus/en una roca estuve parado/esperando de errática isla de Delos/con una agonía de montañas/y con una fiebre misteriosa/que sopla en las cuevas de las noche tristes/y que tiene mucho cuidado de pedirte sueños/estaba a punto de callar/lo aprendido/y lo que nos abate/y me comí uno a uno todos mis silencios/me quedo solo un herencia de luchas en mi camino/de martires/y balas cobardes que se perdieron/ahora sercado de años no me moja la lluvia en la selva/ni me quema el fuego/en la punta de los dedos/no se donde duerme el sol exacto/ni donde quedaron mis hermanos que nunca volvieron/tampoco se quien cavara mi fosa/ni mi agujero negro para este marchito cuerpo/solo siento una pena narcótica/una comitiva de fantasmas/que me acompañan comen a mi mesa/se ríen de mi/y se escapan ellos descalzos tan libres/y tan jóvenes porque así los recuerdo /y al recordar esto/estaba a punto de partir/y me deje sentir revolución/joven en tu adormecido beso/ahora no quedan cuadros/ni nadie que albergue/a mis amigos la lluvia y el fuego.