Es cellista y, además, es sueca. Pero aunque suene extraño, compone y toca tango y a fines del año pasado presentó en Buenos Aires sus dos nuevos discos, que al igual que sus tres álbumes anteriores, fueron grabados en esta ciudad.
Tangos románticos y Beatas Aires son las últimas obras de una música de 34 años que, sin atisbos de rebeldía, se escapa casi totalmente de las estructuras.
¿Qué recuerdos tiene de la noche que conoció el tango argentino en Nueva York? Hace doce años pasé por una milonga, quise entrar a mirar y descubrí algo totalmente nuevo para mí. Yo no conocía ni la música ni el baile del tango.
¿Cómo se fue involucrando con el mundo del tango hasta llegar a componer canciones y grabar discos a base del género? Una vez que conocí el tango, empecé a ir a milongas en Nueva York. Y hace diez años empecé a escribir mis primeras canciones como una consecuencia de pasar mucho tiempo en los salones de tango. En 2004 grabé mi primer álbum, Beatitudes .
¿Cómo es eso de ser una cellista sueca que toca tango? Si quiero tocar música no tengo muchas opciones, porque sólo sé tocar el cello. Yo viví con el cello toda mi vida. Soy sueca, toco el cello, no hay nada de mí que en realidad esté de acuerdo con el tango. Siento mucha libertad porque no tengo el background del tango y eso me permitió tomar otra ruta acerca de lo que yo puedo hacer con el sonido.
¿Cómo fue la producción de “Beatas Aires” y “Tangos románticos”? Beatas Aires es la continuación de la producción previa. Es tango moderno, muy libre, que ya había trabajado en el disco anterior. El otro disco, Tangos románticos es un proyecto en colaboración con el pianista Cristian Zárate, que hace unos arreglos fabulosos; y o quería hacer un álbum de un sonido más tradicional, entonces le sugerí que trabajáramos juntos. Escribí los temas en Suecia y se los mandé en archivos a Cristian para que él hiciera los arreglos. Fue un proyecto muy divertido. Me gusta mucho cómo quedó, es una combinación, es una música nueva, melodías nuevas. Hacer este proyecto me conectó con el tango real.
¿Qué características tiene “Tangos románticos”? Es muy diferente de los trabajos anteriores. Hay violín y bandoneón y para mí es otro sonido. Estoy tratando de tocar más libremente que en las producciones anteriores, estoy haciendo chacareras, polka, en realidad no es un disco de tango, sino que es un disco de música.
¿Y “Beatas Aires”? Es mi percepción de la vida en Buenos Aires, pero no las impresiones del tango, es más sobre el estilo y el modo de acá. El primer tema es “Querido Buenos Aires”. Yo amo esta ciudad.
¿Cuál es su metodología a la hora de componer? Trabajo como música free lance . En los trabajos que tuve en Suecia tocaba música de cámara, música clásica. En mi tiempo libre trataba de escribir. La música de Tangos románticos la escribí principalmente en julio, porque es verano en Suecia. Me fui a una cabaña chiquita en el campo y ahí componía todo el tiempo. La motivación es tener un proyecto y tiempo completo para poder sentarme a escribir.
¿Cómo la recibieron en Suecia cuando hizo las giras en 2007 y 2010? A los suecos les encantaron los conciertos. Para mí fue muy especial poder llevar a nuestra banda, Justango, a mi país.
¿Cuál fue la evolución del tango en Suecia? El tango en mi país, como en el resto del mundo, ha ido ganando popularidad en los últimos años. La gente baila milongas, pero no escucha tango tradicional en la radio. Los suecos no saben bien cómo suena el tango en realidad. Tienen el típico concepto de música y baile pasional. En Estocolmo hay algunas performances algunas veces al año, pero de todas maneras la gente no conoce mucho.
¿De qué músicos tiene influencia? De Astor Piazzolla, que es uno de los mayores compositores del siglo pasado. Horacio Salgán también influye, lo escucho seguido, y Aníbal Troilo. Tuve otras referencias, como la música clásica y el jazz . Desde que estuve viniendo para acá encontré muy buenos músicos en el folclore. No sé si me influyó, pero me encanta el folclore de la Argentina y lo escucho mucho.
¿Cómo se califica como bailarina? Pienso que como bailarina soy decente, no bailo continuamente. Por períodos bailo mucho y en otros no tanto.
¿Qué es lo que más le gusta de la Argentina? Encontré más cosas en común que diferencias entre la gente de la Argentina y la de mi país. Me encontré con personas que significan mucho para mí, es realmente una segunda casa en lo referente a los amigos y las experiencias. Me gusta mucho la cultura de Argentina. Cuando uno camina por las calles, hay música, teatro, artes, todo el mundo tiene mucho sentido de la estética...
¿Le gusta el fútbol? Amo el fútbol. Mi papá y yo miramos fútbol y cuando llegué acá aprendí que Boca Juniors tiene los colores de Suecia, entonces decidí que me iba a hacer fanática de Boca. Una vez fui a la bombonera. Fue una gran experiencia, me encantó.
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