Poeta Julio Medina Gimenes

Poeta Julio Medina Gimenes
s no es para quedarnos en casa que hacemos una casa no es para quedarnos en el amor que amamos y no morimos para morir tenemos sed y paciencias de animal.Juan Gelman

domingo, 8 de abril de 2012

Juan Gelman Lamento por el sapo de Stanley Hook

Lamento por el sapo de Stanley Hook
stanley hook llegó a Melody Spring un jueves de noche
con un sapo en la mano
“oh sapo” le decía “sapito mío íntimo mortal y moral y coral
no preocupado por esta finitud
no sacudido por triste condición furiosa” le decía

“oh caballito cantor de la humedad oh pedazo esmeralda”
le decía stanley hook al sapo que llevaba en la mano
y todos comprendieron que él amaba al sapo que llevaba en
la mano
más allá de accidentes geográficos sociológicos demográficos
climáticos
más allá de cualquier condición

“oye mío” decía “hay muerte y vida día y noche sombra y luz”
decía stanley hook “y sin embargo te amo sapo
como amaba a las rosas tempranas aquella mujer de Lesbos
pero más y tu olor es más bello porque te puedo oler”

decía stanley hook y se tocaba la garganta
como raspándose el crepúsculo que entraba y avanzaba y le ponía
el pecho gris
gris la memoria feo el corazón
“oye sapo” decía mostrándole el suelo
“los parientes de abajo también están divididos ni siquiera se hablan”
decía stanley hook “qué bárbara tristeza” decía ante el asombro
popular
los brillos del silencio popular
que se ponía como el sol

esa noche naturalmente stanley hook se murió
antes dio terribles puñetazos a las paredes de su cuarto
en representación de sí mismo
mientras el sapo sólo el sapo todo el sapo
seguía con su jueves

todo esto es verdad:
hay quien vive como si fuera inmortal
otros se cuidan como si valieran la pena
y el sapo de stanley hook se quedó solo


Juan Gelmande “Los poemas de Sidney West” 

stanley hook llegó a Melody Spring un jueves de noche
con un sapo en la mano
“oh sapo” le decía “sapito mío íntimo mortal y moral y coral
no preocupado por esta finitud
no sacudido por triste condición furiosa” le decía

“oh caballito cantor de la humedad oh pedazo esmeralda”
le decía stanley hook al sapo que llevaba en la mano
y todos comprendieron que él amaba al sapo que llevaba en
la mano
más allá de accidentes geográficos sociológicos demográficos
climáticos
más allá de cualquier condición

“oye mío” decía “hay muerte y vida día y noche sombra y luz”
decía stanley hook “y sin embargo te amo sapo
como amaba a las rosas tempranas aquella mujer de Lesbos
pero más y tu olor es más bello porque te puedo oler”

decía stanley hook y se tocaba la garganta
como raspándose el crepúsculo que entraba y avanzaba y le ponía
el pecho gris
gris la memoria feo el corazón
“oye sapo” decía mostrándole el suelo
“los parientes de abajo también están divididos ni siquiera se hablan”
decía stanley hook “qué bárbara tristeza” decía ante el asombro
popular
los brillos del silencio popular
que se ponía como el sol

esa noche naturalmente stanley hook se murió
antes dio terribles puñetazos a las paredes de su cuarto
en representación de sí mismo
mientras el sapo sólo el sapo todo el sapo
seguía con su jueves

todo esto es verdad:
hay quien vive como si fuera inmortal
otros se cuidan como si valieran la pena
y el sapo de stanley hook se quedó solo


Juan Gelmande “Los poemas de Sidney West” 

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